domingo, 24 de agosto de 2014

EL COLOR ROSA(DO)

El color rosa (o "pink" en inglés) desde hace algunas décadas está de moda entre las niñas y adolescentes debido a personajes femeninos animados que promueven dicho color. Así, el rosa sería sinónimo de femineidad, infantilidad, ternura y delicadeza. Pero lo que pocos sabían hasta ahora es que el color rosa fue, durante mucho tiempo, un color esencialmente masculino. Leamos el siguiente artículo para enterarnos cómo es que se operó este cambio "de género" en el color rosa.




El color de la ternura erótica y del desnudo

El rosa no es un color asociado a fuerzas elementales. El rosa es suave y tierno; es el color de la delicadeza. El rosa también nos hace pensar en la piel lo cual lo convierte en un color erótico. Es el color del desnudo. Las personas de piel clara dicen de sí mismas, en perfecta concordancia con el sistema de valores de nuestro simbolismo cromático que son "blancas", pero en realidad son rosadas. George Bernard Shaw decía irónicamente: "Los chinos nos llaman rosados. Con eso nos lisonjean".

Los estadounidenses negros llaman malintencionadamente a los blancos blue devils -diablos azules.

Donde la piel desnuda parece más bella es en un entorno rosa. Quien sueña con un dormitorio erótico no encuentra otro color más apropiado que el rosa. ¿Y qué colores se combinan con él? El sensible rosa se adapta a otros colores conservando su efecto. Junto al blanco, el rosa parece completamente inocente. Pero junto al violeta y el negro, con los que forma el acorde de la seducción y del erotismo, el rosa oscila entre la pasión y la inmoralidad, entre el bien y el mal.



La transformación del rosa masculino en rosa femenino

Todos los que desprecian el rosa como color "típicamente femenino" encontrarán asombroso que, en tiempos pasados, el rosa haya sido un color masculino. El diario financiero más famoso del mundo, The Financial Times, se imprime desde 1888 en papel rosado. También la Gazetta dello Sport, diario deportivo italiano leído casi exclusivamente por hombres, se imprime en papel rosado.

"Rosa para las niñas, azul celeste para los niños"; esta convención es tan conocida, que muchos piensan que siempre ha sido así. Pero esta moda nació alrededor de 1920. Y este reparto de colores para los recién nacidos contradice nuestro simbolismo, para el cual el rojo es masculino, y el rosa, el pequeño rojo, es el color de los niños varones pequeños.

Por eso, en los cuadros antiguos se solía pintar al Niño Jesús vestido de color rosa, tanto en cuadros del siglo XIII como en cuadros del siglo XIX, en los que el Niño Jesús jamás aparece vestido de azul celeste.

El pintor de corte Franz Xaver Winterthaler pintó en 1846 a la reina Victoria con sus hijos. Uno de ellos, aún un bebé, viste un largo vestido blanco con un fajín azul claro y un gorro guarnecido con lazos también azules -este bebé es una niña, la princesa Elena.

Hasta 1900, el color para las niñas y los niños pequeños era el blanco. Si su vestimenta llevaba lazos, estos eran casi siempre rojos, pues según la tradición, los lazos rojos protegían contra el mal de ojo. Niños y niñas llevaban hasta la edad de cinco años el mismo tipo de vestido, largo hasta los pies. Los peleles, actualmente prenda típica de los bebés, aparecieron en 1920. Y los patucos y zapatos infantiles eran de color blanco, marrón y rojo.

La moda de vestir a los niños de algún color fue popularizándose a partir de 1920, cuando ya era posible producir tintes resistentes al agua hirviendo. Y entonces se puso de moda el color rosa para las niñas. Este cambio tuvo dos causas; cuando, después de la Primera Guerra Mundial, el color rojo desapareció de todos los uniformes militares, desapareció también de la moda civil masculina, dejó de parecer lógico vestir a los niños pequeños de color rosa.

En esta época se produjo una verdadera revolución en la moda: la llamada "moda reformista" liberó a las mujeres de los corsés y creó una moda específica para los niños. Antes, los niños vestían copias en miniatura de los trajes de los adultos. Ahora, niños y niñas llevarían los cómodos trajes y vestidos de marinero -teñidos de índigo artificial, el nuevo tinte, el mejor de todos. De los trajes de marinero se derivó, con una lógica casi forzosa, el hecho de que el azul claro, o el azul en general, se convirtiese en el color de los niños. Como color tradicionalmente contrario, el rosa se convirtió entonces en el color de las niñas.

Cuando el rosa se convirtió en un color femenino, se convirtió también en color de discriminación. Durante la Segunda Guerra Mundial, los homosexuales que no podían satisfacer el ideal de masculinidad fueron encerrados en campos de concentración, donde tenían que llevar como distintivo un triángulo rosa cosido a la ropa. El "triángulo rosa", o el color rosa, lo usan a menudo los homosexuales en sus actividades públicas como símbolo de la antigua opresión, aunque para ellos nunca ha sido un color positivo de identificación.

Ya hacia 1980 empezó a desaparecer la costumbre de los dos colores. Por una parte por razones prácticas: los padres no querían esperar al nacimiento para comprar la ropa del color adecuado. Y en la moda adulta, los colores de las ropas masculinas y femeninas se parecían cada vez más, por lo que resultaba cada vez más extemporánea la distinción entre colores "típicamente masculinos" y colores "típicamente femeninos". Hoy, el uso de los colores ligados al sexo en los bebés se ve ya como una costumbre de un pasado gris.





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