domingo, 6 de enero de 2013

EL COLOR NEGRO

En nuestra sociedad contemporánea, el color negro está asociado a la muerte y a la mala suerte; pero también a los movimientos anarquistas y fascistas. Sin embargo, el negro también está relacionado con la elegancia y el status social. Como ya habíamos visto con el rojo, el significado de los colores evoluciona y puede convertirse en el opuesto de su sentido original. Leamos y conozcamos algo más del color que, hoy en día, se ha convertido en moda mundial y, curiosamente, tiene cada vez más adeptos entre la juventud.

Kandinsky: Composición VII


Negro es el final

Blanco-gris-negro, tal es el espectro de los colores no vivos.  El blanco es el principio, y el negro el final. El blanco es la suma de todos los colores de la luz, y el negro es la ausencia de luz. Todo acaba con el negro: la carne descompuesta se vuelve negra, como las plantas podridas y las muelas cariadas. Cronos, el dios del tiempo, viste de negro. Quien tiene un blackout, no se acuerda de nada. El pintor Wassily Kandinsky describió así el negro: "Como una nada sin posibilidad, como una nada muerta después de apagarse el Sol, como un silencio eterno sin futuro ni esperanza: así es interiormente el negro".





El color de la negación

El negro invierte todo significado positivo de cualquier color vivo. Esto, que suena tan teórico, es una experiencia práctica elemental: el negro establece la diferencia entre el bien y el mal porque el negro establece la diferencia entre el día y la noche.

El amor es rojo, pero el rojo acompañado de negro caracteriza lo contrario del amor, el odio. El aumento del odio conduce a la brutalidad y la violencia, como acorde cromático es negro-rojo-marrón -lógicamente, el negro es aquí más potente. Siempre que el negro forma parte de un acorde con rojo, amarillo o verde, tal acorde visualiza un sentimiento negativo o una cualidad negativa: amarillo-rojo es el acorde del gozo de vivir, pero el acorde negro-amarillo-rojo es el del egoísmo. La inversión de todos los valores, tal es el efecto más poderoso del negro.


Color hermoso y color negro

En la edad media había tintoreros dedicados a teñir de hermosos colores y otros dedicados a teñir de negro. Los primeros teñían de colores luminosos, que a la vez eran colores caros, por lo que solamente teñían telas caras. A veces engañaban a sus clientes tiñendo telas baratas con tintes caros -de aquí la expresión alemana "das ist nur Schönfärberei" (esto es sólo un tinte para hacer bonito")-, para referirse a alguna manipulación que disimula lo malo. Los tintoreros "negros" no sólo teñían de negro, sino también de marrón y de turbio azul de glasto.

Muchas eran las maneras de teñir de negro. El negro más barato era el "negro de los pobres". Para teñir un kilo de lana se necesitaban cuatro kilos de corteza de aliso negro o arraclán.  El procedimiento era el siguiente: se desmenuzaba la corteza, se ponía en remojo durante unos cuantos días y se cocía junto con el tejido que iba a teñirse. Un procedimiento sencillo y barato, especialmente para aquellos tiempos. Pero este negro era en realidad un gris oscuro.

Más difícil era obtener un negro intenso. Para ello se empleaban agallas de árboles. Estas agallas aparecen en las hojas de algunos árboles por las picaduras de cínifes que depositan en ellas sus huevos. Alrededor de las larvas de estos insectos se forman excrecencias redondas, abayadas: las agallas. Estas se arrancan, se dejan secar y se pulverizan. Las mejores agallas son las de las hojas de roble, que se han usado durante siglos para hacer tintes.

En 1453, los turcos conquistaron Constantinopla, centro de las antiguas artes tintoreras.  Algunos tintoreros pudieron huir, llevando sus secretos a otros países. Pronto pudo disponerse en todas partes de las codiciadas telas teñidas de "rojo turco", que era un rojo muy luminoso. El teñido dejó entonces de ser un arte secreto para convertirse en una actividad artesanal, los métodos se simplificaron y las diferencias de precio entre el teñido de colores luminosos y el teñido de colores oscuros empezarona a borrarse.



A pesar de todo, la moda burguesa era negra, y esto se debía a ciertas actividades de unos amigos de la moda de colores vivos -los odiados lansquenetes, dedicados al merodeo y el pillaje-. En sus saqueos se llevaban también prendas de vestir que incluso rasgaban para repartírselas. Luego, cada uno se hacía una prenda con su parte. De esa manera crearon los lansquenetes el "traje de retazos": cada manga, cada pernera, cada media eran de distinto color, y todo el atuendo estaba lleno de cortes. Estos cortes o tajos les daban libertad de movimiento, y siempre podían rellenarse con nuevos retales de nuevos colores.  Los ciudadanos echaban pestes contra esta moda multicolor, y pidieron al emperador que prohibiera a los lansquenetes ese lujo que contravenía las normas sobre los colores propios de cada estamento. En 1477, el emperador Maximiliano se pronunció a favor de los lansquenetes: "Hay que tomarse con una sonrisa lo que hacen con sus desgraciadas y precarias vidas".  Los lansquenetes aparecían cada vez más abigarrados en sus atavíos, y a los ciudadanos sólo les quedó el consuelo de condenar por inmorales esos atavíos y teñir de negro sus ricas telas, pues las telas negras eran las únicas que los lansquenetes no querían.

Otro motivo por el cual la preferencia por el negro era cada vez mayor era que, tras el descubrimiento de la ruta de la India, el índigo llegó a Europa. Y resultó que tiñendo primero de azul con índigo y después de negro con agallas, se obtenía un negro muy intenso.  Y con el descubrimiento de América llegó el más bello de los tintes negros: el del palo de campeche. Se trata de la madera de un árbol de Centroamérica, que se ralla y se pone en remojo durante unas semanas. El colorante que se desprende tiñe la seda de un intenso negro azulado. Naturalmente, la madera de campeche importada era cara. El negro se convirtió así en un color noble.





El color de los protestantes y de las autoridades

La Reforma comenzó en 1517, cuando el monje agustino y profesor de filosofìa moral doctor Martín Lutero protestó contra el comercio de indulgencias. Lo inaudito de las tesis de Lutero era que negaban al clero el derecho a hacer de intermediarios de Dios. Lutero decía: quien ha pecado, debe arrepentirse, no se puede comprar el perdón por medio de las indulgencias. Pero la Iglesia predicaba: "cuando el dinero suena en la bolsa, el alma sale del fuego eterno".

El comercio con las indulgencias era la principal fuente de ingresos de la Iglesia. El perdón de los pecados así comprado se certificaba con reliquias: huesos de mártires, retazos de vestiduras de santos, astillas de la cruz de Jesucristo -estas astilas se vendieron en cantidades tales, que uniéndolas habría habido tanta madera como en un bosque-.

El cardenal Alberto de Maguncia poseía 8933 reliquias, cuyo valor en indulgencias habría sido suficiente para que una persona estuviera limpia de pecado durante 39 millones de años. Cuando los papas necesitaban más dinero, proclamaban años especiales de indulgencias en los que la limpieza de pecados salía más económica. La oposición al comercio de las indulgencias tocaba el centro vital de la Iglesia católica, pues los protestantes no sólo le negaban al papa su obediencia, sino también su dinero.

Lutero manifestó su convencimiento de que pobres y ricos son iguales ante Dios, y lo hizo no sólo de palabra: en sus sermones no vestía ninguna prenda litúrgica, sino siempre de negro.  Su vestidura talar sin ornamentos era entonces la forma corriente de los mantos o capas, y según las normas el negro era un color que podía usar todo el mundo. Ante Dios, todos iguales y vestidos también igual.

El traje talar de Lutero se convirtió en el de todas las autoridades civiles. Durante siglos fue la vestimenta de los profesores, y aún hoy es el traje talar negro de Lutero la vestimenta ceremonial de los alcaldes y la oficial de los jueces.


Ilegalidad y anarquía

El negro es el color de todas las organizaciones secretas que van contra la ley. Las banderas negras y una estrella negra son los símbolos de los anarquistas. Y la bandera negra con la calavera que usaron los piratas es ya legendaria, en ella se unen el negro de la ilegalidad y el negro de la muerte. El negro es el color de organizaciones cuyos miembros condenan a muerte a otros. En este contexto, el negro y el rojo van siempre juntos; el rojo como color del peligro y de lo prohibido.

Mussolini con los "camisas negras"



El negro de los fascistas y de la brutalidad

Negro-rojo-marrón  es el acorde de la violencia y la brutalidad.  El negro apareció por primera vez como color de un movimiento fascista en 1919 en Italia. El movimiento se llamaba Arditi, esto es, los "atrevidos" o "audaces". Su meta era acabar con los movimientos socialistas, y su distintivo era una camisa negra. Los fascistas británicos y holandeses adoptaron en 1933 la camisa negra como uniforme político. En Italia, Inglaterra e Irlanda, un "negro" es un fascista.

El color del fascismo alemán no fue el negro, sino el pardo. La razón por la que se impulsó el negro era que los trabajadores del campo vestían camisa y pantalones negros en el trabajo, y un traje negro cuando iban a la iglesia, y sólo con el traje de los domingos llevaban una camisa blanca. Todos los hombres tenían este ajuar básico, por lo que en las reuniones del partido, vestían el traje negro de los domingos con la camisa negra del trabajo.

A pesar de su elitismo los movimientos fascistas se dotaban de un toque proletario, para convertirse en movimientos de masas.  Sabían apreciar el efecto igualador del negro, que, al menos ópticamente, hacía a cada miembro de la organización igual de importante que el resto.

Cualquier grupo que se vista de un mismo color destaca y parece mayor de lo que en realidad es. Los uniformes negros dieron inmediatamente la impresión de que los que los vestían pertenecían a una gran organización. Además, el negro es color de lo grande y de lo masculino, lo cual concordaba también con los ideales fascistas.

Todas las agrupaciones políticas cuyos miembros se consideran dueños de las vidas ajenas suelen adoptar el color simbólico de la muerte para expresar su disposición a sacrificar las vidas de otros en favor de sus convicciones.