Pieter Brueguel, El Viejo.
(De: Historia del Arte - “El Grand Tour de la Herman Wendy”- Folio)
Si yo fuera lo bastante arrogante para querer someter a alguien a una prueba moral, ésta es la obra que elegiría. En un primer nivel, se trata de una representación cómica. Muestra la celebración de una boda donde prácticamente todos son feos, brutos y rechonchos, y engullen ávidamente la comida. Aparece una novia ridícula, cuyo rostro gordo y fatuo irradia una amplia sonrisa de complacencia. Sin embargo, si sólo tenemos en cuenta la vertiente cómica, estamos pasando por alto el punto de vista de Brueguel. Como gran artista que fue, mantiene en equilibrio los dos niveles: el superficial, representado por las bufonadas de los campesinos y el profundo, representado por la tragedia de que la pobreza reduce a los seres humanos a tales estrecheces en la vida.
Me molesto mucho cuando oigo hablar de la glotonería que se representa en esta pintura. En niño que esta rebañado con tanto fervor el cuenco no es un glotón, sino que esta hambriento, el hombre de la gaita, que mira con avidez la tabla de comida, es una de las imágenes más expresivas en el arte: Es un hombre hambriento. La comida que ansía, el gran festín, ¿En qué consiste? En platos de gachas de avena o natillas, servidas en caballetes, exquisiteces solamente para aquellos que son pobre de verdad.